Cuida la conjugación de tus verbos

by Omar Fuentes

Cuando hablo de conjugar verbos, mucha gente sufre una regresión traumática a la escuela primaria. No los culpo: tanto tiempo aprendiendo las distintas marometas de los verbos en castellano para que muchos maestros fueran incapaces de decir para qué servía todo eso.

Sin embargo, créeme, sí tiene una utilidad. Y es algo, de hecho, muy importante en algunos contextos.

Imagina una escena en la que un típico psicoterapeuta -coach, facilitador o como te guste denominarlo- está ofreciendo sus últimos comentarios de la sesión a su paciente -coachee, facilitado o como mejor te parezca llamarlo.

Enunciaré tres ejemplos que básicamente significan lo mismo. La clave, por supuesto, está en el adverbio básicamente:

1. Cuando te vuelvas a deprimir, recuerda lo que platicamos hoy.
2. Si te vuelves a deprimir, recuerda lo que platicamos hoy.
3. Si te volvieras a deprimir, recuerda lo que platicamos hoy.

¿Notas la sutil pero importante diferencia entre estas tres formas de “decir lo mismo”? Sobra decirte que los tres ejemplos anteriores, por muy parecidos que sean semánticamente, no “dicen lo mismo”.

El primero de ellos está dando por hecho sintácticamente -es decir, está presuponiendo- que llegará un momento en el que el paciente volverá a deprimirse. Y justo eso es lo que está poniendo en su mente por medio de las palabras descuidadamente elegidas. El truco lo provoca la utilización de la partícula cuando.

El segundo de ellos está admitiendo la posibilidad de que le vuelva a ocurrir el problema -es decir, está condicionando. Otra vez, justo eso es lo que está poniendo en su mente por medio de las palabras. El truco lo provoca la utilización de la partícula si.

Finalmente, el tercero de ellos también admite la posibilidad de que el paciente vuelva a pasar por la situación mencionada. Pero, ¿a poco no lo hace de un modo diferente? La diferencia radica en que está implicando algo distinto. El truco está en la conjugación del verbo volver: volvieras implica algo diferente que vuelves.

Piénsalo…

No tienes que investigar cuál es el tiempo verbal o el modo en el que está conjugado el tercer ejemplo, ni tampoco buscar cuáles son los usos de éste. No es necesario. Si hablas castellano, tienes una comprensión aproximada acerca de la implicación de volvieras en contra de vuelves.

Aquí cabe preguntarnos cuál sería la más probable intención del psicoterapeuta al comunicarse con su paciente. Tal vez, no quiere decirle que no va a deprimirse otra vez: sí es posible y no quisiera darle falsas esperanzas. Entonces, ¿cuál de las tres opciones te parece la más adecuada? ¿Cuál de los tres mensajes querrías poner tú en la mente de tu paciente?

Imagina ahora una escena típica entre un vendedor que acaba de cerrar un negocio y su cliente.

1. En el momento en el que tenga un problema con nuestro producto, yo se lo cambio.
2. Si tiene un problema con nuestro producto, yo se lo cambio.
3. Si tuviera un problema con nuestro producto, yo se lo cambio.

Como puedes ver, en realidad se trata de el mismo tipo de ejemplos. El primero presupone (por obra y gracia de en el momento en el que), el segundo condiciona (por medio de la palabra si) y el tercero además implica algo más.

Piénsalo… ¿notas la diferencia en tu mente? ¿Cuál de los tres ejemplos querrías utilizar con tu cliente?

Hay ocasiones en que nos sentimos obligados a decir algo “negativo” acerca de lo que estamos hablando. A veces es por ética, a veces es por obligación legal, a veces es por informar con la verdad. Sabes que existe la posibilidad de que algo “malo” ocurra y quieres que tu interlocutor lo sepa.

¿Cómo te parece mejor informarlo? En otras palabras, ¿qué quieres que tu interlocutor se lleve en la mente tras la interacción contigo?

Naturalmente, los ejemplos que hasta aquí he propuesto son limitados. Prácticamente nunca nos comunicamnos con un (y sólo un) enunciado. Sin embargo, éste bien puede ser el principio del resto.

A continuación, complemento el tercer enunciado de mis ejemplos con información adicional que le da mayor sentido a lo dicho (y que dirige mejor a la mente de mi interlocutor):

3b. Si acaso te volvieras a deprimir, recuerda lo que platicamos hoy. Sin embargo, confío plenamente en que lo que hemos estado haciendo te está convirtiendo en una persona más capaz de controlar tus emociones.

3b. Si acaso tuviera un problema con nuestro producto, yo se lo cambiaría. Sin embargo, confío plenamente en lo que nosotros vendemos y en la satisfacción que nuestros clientes continuamente nos reportan.

¿Qué tal?

Nota al pie 1. En el primer ejemplo, el verbo está conjugado en el presente del subjuntivo; en el segundo, el verbo está conjugado en el presente del indicativo; en el tercero, en el pretérito del subjuntivo.

Nota al pie 2. Probablemente, el verbo del tercer ejemplo debería estar conjugado en futuro del subjuntivo (volviere, tuviere). Sin embargo, al menos en lo más general, la comprensión que tenemos de éste es un tanto difusa en comparación con el pretérito del subjuntivo. Recuerda que si buscáramos el empleo correcto de las palabras de acuerdo a las reglas del castellano, ciertamente así lo haríamos; sin embargo, lo que sí queremos es obtener con mayor probabilidad los resultados que deseamos… :D

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