Una querida suscriptora colombiana me envió este chascarrillo por correo electrónico.
¡Qué importante es saber argumentar!
Una empleada doméstica pidió aumento de sueldo. A la señora no le sentó muy bien la solicitud, así que le preguntó:
– María, ¿por qué crees que mereces que te aumente el sueldo?
– Señora, hay tres razones: La primera es que yo lavo la ropa mejor que usted.
– ¿Quién te ha dicho que lavas mejor que yo?
– Su esposo, señora.
– ¡Oh, vaya!
– La segunda razón es que yo cocino mejor que usted.
– Eso es puro cuento. ¿Quién te ha dicho que cocinas mejor que yo?
– También su esposo, señora.
– ¡Ah, caramba!
– Y la tercera razón, y la más importante, es que yo soy mejor que usted en la cama.Al oírlo, la señora, completamente descompuesta y gritando le pregunta a la empleada:
– ¿Mi esposo te ha dicho eso?
– No, señora… de momento me lo ha dicho el jardinero.LA SEÑORA LE AUMENTÓ EL SUELDO.