La pregunta del millón de dólares – Pt. 2

by Omar Fuentes

Doña Tere llegó el otro día desbordando felicidad. Le pregunté sobre las causas de su euforia y me respondió: “¡Pus es que ya aprobaron un paquete de rescate para los pobres europeos!” No quise desvanecer su extraña identificación intercontinental así que me quedé callado. “¡Es como de un trillón de euros!”, añadió como si ella lo hubiera aprobado. Yo me quedé en silencio. Tras una ligera pausa, doña Tere se animó: “¿Qué es un paquete de rescate, joven Omar?”

Y entonces, le conté una historia:

Es un día tranquilo en un pueblecillo europeo. El sol golpea fuerte y las calles están desiertas. Los tiempos son difíciles, todos tienen deudas y todos viven del crédito.

En este día particular, un turista adinerado del sur conduce su automóvil por el poblado, se detiene en el motel local y extiende un billete de 100 euros en el mostrador diciendo que quiere inspeccionar las habitaciones para poder elegir una.

El dueño del motel le da las llaves de algunos cuartos y, tan pronto como el cliente sube las escaleras, el dueño toma los 100 euros y corre al local contiguo para pagar su deuda con el carnicero. El carnicero toma los 100 euros y corre a la esquina para pagar su deuda al criador de cerdos. El criador toma los 100 euros y se dirige a pagar su deuda al dueño de la gasolinería. El tipo de la estación de combustible toma los 100 euros y corre a pagar la cuenta de sus tragos al pub en el que llora sus penas. El dueño del bar le da los 100 euros a la prostituta local que está bebiendo en el pub, que también ha tenido que afrontar tiempos difíciles y le ha tenido que ofrecer algunos ‘servicios’ a crédito. La prostituta se apresura al motel y paga la cuenta de la habitación al dueño con los 100 euros…

El propietario coloca el billete de 100 euros deprisa sobre el mostrador, de modo que el acaudalado viajero no sospeche nada. En ese momento, el cliente baja las escaleras, recoge sus 100 euros y dice que las habitaciones no son de su gusto. Guarda el dinero y se va de la ciudad.

Nadie produjo nada. Nadie ganó nada. Sin embargo, el pueblecillo entero está ahora fuera de deudas y mirando al futuro con mayor optimismo.

“Y es así, doña Tere, como el paquete de rescate europeo funciona.”

“No le hubiera preguntado”, dijo alejándose.

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