No sé qué está pasando en el mundo…
Digo, una cosa son los volcanes y los temblores… fenómenos muchas veces impredecibles y por demás sorprendentes. Pero otra cosa son los humanos que, de algún modo u otro, utilizan una posición privilegiada para argumentar el absurdo, impredeciblemente y no tan sorprendentemente.
Hace un par de días te platicaba del señor Sedighi y de su geo-razonamiento para encontrar la verdadera y conveniente causa de los terremotos (lo puedes leer aquí). Mientras yo escribía aquellas líneas, el señor Morales sorprendía al mundo con sus amplísimos conocimientos en una gran cantidad de materias en una conferencia para inaugurar una cumbre social para discutir el problema del cambio climático.
Primer acto: Evo, el ingeniero hidráulico
La sentencia: Beber Coca-Cola es malo para tu salud.
La prueba: Siendo Evo apenas un Evito aprendió que, cuando los plomeros no podían solucionar el problema de una cañería tapada con las herramientas tradicionales, ellos vertían Coca-Cola en el drenaje para destaparlo.
El razonamiento (Agü)Evo: Si la Coca-Cola destapa cañerías, imagínate lo que hará en el cuerpo.
No es que tenga un altísimo nivel de azúcar, no es que tenga ácido fosfórico, no es que sea agua carbonatada… no. Es que con la Coca-Cola se pueden destapar cañerías.
La pregunta del autor: ¿Servirá la Coca-Cola para destapar el cerebro?
¿Relación de la Coca-Cola con el cambio climático? Ninguna.
Segundo acto: Evo, el endocrinólogo, el ingeniero agrónomo, el sexólogo
Sentencia: Comer pollos te hace homosexual.
La prueba: “El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas” (sic)
El razonamiento (Agü)Evo: “Cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres” (sic)
La genética, la educación temprana, las decisiones adultas, el alma, la naturaleza… nada. Son los pollos.
La pregunta del autor: ¿Cuántos pollos se necesitaron para enamorarse del presidente de Venezuela?
¿Relación de la homosexualidad con el cambio climático? Ninguna.
Tercer acto: Evo, el nutriólogo, el profeta
Sentencia: “La calvicie, que parece normal, es una enfermedad en Europa, casi todos son calvos. Y es por las cosas que comen” (sic)
La prueba: “En los pueblos indígenas no hay calvos, porque comemos otras cosas” (sic)
El razonamiento (Agü)Evo: “En 50 años todo el mundo será calvo” (sic)
La genética, las condiciones ambientales, las costumbres, la raza, la naturaleza… nada. Son las cosas que uno come.
La pregunta afirmación del autor: Lo juro. Pensar no te va a dejar calvo.
¿Relación de la calvicie con el cambio climático? Ninguna.
Epílogo
Gracias, Evo. No sabía qué escribir hoy.
